"Hay un par de tardes, las del jueves y viernes, que las dedico a la investigación, salvo necesidades que surjan en el momento, porque la prioridad es el vicerrectorado. Consigo compaginar ambas actividades porque trabajo del orden de 12 horas diarias. Desde que soy vicerrectora, en los dos últimos años no he pedido ningún proyecto, y, cuando tomé posesión del cargo, delegué parte de los que tenía en marcha en mis compañeros. Tengo la suerte de estar en un grupo de investigación, del que formamos parte 5 profesores y entre 25 y 30 investigadores. El hecho de que no esté, día a día, trabajando con el grupo, tampoco supone un trastorno grande", cuenta María José Alonso Fernández (Carrizo de la Ribera, León, 1958; catedrática de Farmacia y Tecnología Farmacéutica; investigadora principal del Grupo de Nanotecnologías Aplicadas al Diseño de Sistemas de Liberación de Fármacos; vicerrectora de Investigación de la Universidad de Santiago).
¿Investigar en España ya no es llorar?
_ El investigador siempre necesita recursos para investigar. Y yo, como vicerrectora de investigación, me paso todo el día peleando por conseguirlos. Fuera de eso, la investigación en España está viviendo un momento dulce, al incrementarse mucho la captación de recursos. Quizá debamos transmitir mejor nuestro conocimiento y difundir a la sociedad, de una manera más eficaz, lo que hacemos, para que reconozca el valor de la investigación.
¿Aún no la reconoce?
_ Se va ganando terreno, pero estamos a años luz en relación con otros países en los que un doctorado se valora muchísimo. Aquí se sigue teniendo la idea del investigador como una persona un poco rara, o que la carrera investigadora es muy difícil. Desde fuera, puede verse como muy difícil, pero desde el investigador que la vive, cada etapa, cada reto que superas, te produce tal satisfacción que compensa. A mí me preguntan cuál es la pasión de mi vida, y yo digo, la investigación. Forma parte del corazón, es mucho más que la satisfacción del trabajo bien hecho.
¿Qué influencia ha tenido el azar en algunos descubrimientos en la física de materiales?
_ El azar influye, pero uno no descubre las cosas por azar, si no está muy alerta. Yo siempre les digo a mis alumnos: el objetivo es éste, pero, ojito, porque de aquí a allá el camino no es recto.
¿A qué nivel estamos en Galicia en investigación?
_ En España, y también en Galicia, se ha dado un paso definitivo en financiación en los últimos cuatro años, al incrementarse considerablemente. Ese esfuerzo tiene que ser sostenido en el tiempo porque Galicia partía de una situación malísima. Si nos comparamos con Cataluña, la diferencia era muy grande: en Galicia estábamos en el 0,8% del PIB y en Cataluña, en el 1,4%. Pero la investigación no es sólo aumentar la financiación, sino una distribución adecuada de los recursos destinados a ella. El Gobierno está en ello y entiendo que existen grandes expectativas.
Como vicerrectora de Investigación de la USC, ¿cuáles son las prioridades establecidas?
_ Intentamos progresar en lo que es la estructura organizativa de la investigación. Hasta hoy, la investigación se articula en las facultades e institutos de investigación, pues bien, dentro de Galicia, la USC ha sido pionera en la creación de centros singulares de investigación.
¿Para qué?
_ Para afrontar temáticas estratégicas para la USC, mediante un modelo organizativo más acorde con lo que es la investigación actual, el transdisciplinar. Con estos nuevos centros pretendemos abordar disciplinas más transversales; generar sinergias, que los investigadores no vayan cada uno a lo que le parece, sino que investiguen con arreglo a unas directrices, a unas líneas, y tendrán un director científico. Se trata de que los grupos confluyan en sus actividades para afrontar grandes objetivos.
¿El papel del director científico es clave?
_ Tendrá una gran responsabilidad en que el centro funcione bien. Necesitamos un apoyo mayor por parte de la Xunta, porque queremos que estas estructuras organizativas sean sostenibles en el tiempo.
¿Qué materias abordarán en investigación dichos centros?
_ El área con más relevancia estratégica para la USC es Biofarmed (biológica, farmacéutica y médica). Ahí la USC está muy fuerte en el contexto gallego, y también a nivel nacional (está entre los cinco primeros puestos). Por eso se apostó por centros en el área de química biológica, de biomedicina y el centro mixto con el CSIC, que se dedicará a ciencias y tecnologías de la vida. Ahora bien, esta universidad es muy plural y el área de ciencias sociales y humanidades es bastante puntera, por lo que estamos trabajando para que reciba apoyo en los próximos años. En el campus de Lugo, apostamos decididamente por el sector tecnológico agroalimentario.
¿Qué relación tendrá la USC con el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología de Braga?
_ Esperamos poder colaborar con él, y que algunos de nuestros estudiantes, tanto de licenciatura como en doctorado, puedan vincularse. No en vano, el director del mismo es un profesor de la USC, José Rivas.
¿Qué sintió usted cuando la Fundación Bill Gates decidió apoyar su proyecto de investigación sobre la vacuna nasal para hepatitis B?
_ Cuando superamos la primera fase, se habían presentado 1.600 propuestas de ideas, de las cuales fueron seleccionadas unas 500. Después de esa cifra quedarían 43. Así que la alegría vino por pasos. Pero fue enorme la satisfacción que me produjo ir a Seattle, conocer a la familia Gates, la recepción que nos dio, y lo mucho que nos agradeció que hubiésemos presentado una propuesta. Porque, a veces, el investigador se siente tratado injustamente, pues parece que cuando las fundaciones o la Administración te dan un dinero te hacen un favor, mientras que la Fundación Bill Gates nos está agradeciendo continuamente el trabajo que estamos haciendo para una causa como es la investigación para los países en vías de desarrollo. Nos estimulan muchísimo y te hacen sentir muy bien.
¿Cómo va lo de la vacuna?
_ Estamos en el tercer año del proyecto. Los resultados no son tan buenos como los esperábamos ni tan malos como para tirar la toalla. Los de la Fundación me insisten para que les diga si queremos seguir con el proyecto. Estoy en la duda de si debemos hacer una propuesta para continuarlo, porque de hacerla, es ya para llegar a fase clínica. Parte de ese trabajo preclínico no debo hacerlo yo, tendremos que subcontratarlo. Ellos quieren que si nosotros proponemos algo en ese sentido, yo sea la responsable hasta finalizarlo.
¿La nanotecnología farmacológica no lleva a una medicación personalizada a la carta?
_ No necesariamente. Una es la farmacogenética, que tiene más que ver con la medicación a la carta, y otra es la nanomedicina, que más que medicación a la carta, lo que pretende es que sea más eficaz y menos tóxica. Pero ambas no son incompatibles.
¿Aunque usted está trabajando en tecnología terapéutica, eso le obliga a estar muy en contacto con quienes trabajan en tecnología diagnóstica?
_ Podemos compartir muchas tecnologías y mucho conocimiento. Si nosotros estamos desarrollando un nanomedicamento, dirigido a una terapia de un cáncer concreto, esa información puede ser de utilidad para alguien que esté desarrollando un método diagnóstico. Y al contrario, porque nosotros al desarrollar una terapia contra el cáncer necesitamos conocer cómo son esas células tumorales y qué señales emiten, pues intentamos que el medicamento vaya sólo a las zonas tumorales.
¿Para transportarlo utilizan los nanotubos?
_ Hay muchos tipos de nanoestructuras, la forma física no es tan relevante -hay nanotubo, nanopartícula, nanocápsula-, lo importante es que estas nanoestracturas tengan unos elementos en su superficie que les permitan conocer a la célula maligna.
¿Hay que guiarlas?
_ Hay que guiarlas, pero tanto se puede guiar un nanotubo como una nanopartícula. Es muy importante para la terapia del cáncer, porque el gran problema es que matamos las células malas y las buenas, y se trata de dirigirlas exactamente hacia las células malignas. Para llegar a este tipo de terapias es muy importante la investigación biomédica dirigida a la identificación de dianas y biomarcadores. Entonces la partícula tiene unos indicadores de superficie que ven a la célula mala, y esos indicadores son los que la van a dirigir a la célula mala. Por eso también se habla de terapias inteligentes. Eso es lo que se va a conseguir con la nanomedicina.
¿Qué otras cosas puede conseguir la nanomedicina?
_ En el campo de las vacunas, y lo mismo sería aplicable a la insulina, intentamos mejorar la calidad de vida de los pacientes, y mejorar el cumplimiento. Es decir, evitar la inyección, utilizando una gota por vía nasal o tomándola por la boca. El otro campo que se beneficiará mucho de las nanotecnologías es la terapia génica y la ingeniería de tejidos.
¿Qué es la bala mágica?
_ Eso es de lo que estamos hablando. La bala mágica es la que va a la diana, y no a otros sitios, se consigue haciéndola inteligente para que, mediante unos elementos, sepa a dónde tiene que ir.
¿Con los nanomateriales se ha alcanzado un límite en la Ciencia de los Materiales?
_ No lo sé, lo que sí sé es que el tamaño de las estructuras de los materiales es importante desde el punto de vista biológico, pero a día de hoy se están consiguiendo logros muy importantes con estructuras no excesivamente pequeñas.
¿Cuáles son sus objetivos en investigación?
_ Por una parte, las vacunas para los países en vías de desarrollo, pero también estoy dedicando esfuerzos a la terapia del cáncer, desde el punto de vista de mejorar las terapias actuales y de intentar nueva terapias, como la terapia génica.
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