Los nanotubos peptídicos dan lugar a nanocables coaxiales Según un artículo publicado el 15 de agosto de 2006 en nanotechweb.org, investigadores de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ambas en Israel, han desarrollado nanocables coaxiales utilizando nanotubos peptídicos autoensamblables como plantilla. El equipo recubrió los nanotubos peptídicos con oro y rellenó sus núcleos con plata.“Estudios anteriores de nuestro equipo y de otros demostraban la excelente capacidad de las biomoléculas para servir como plantillas en la fabricación de nanocables metálicos”, comentó Ehud Gazit, de la Universidad de Tel Aviv, para nanotechweb.org. “En esta ocasión, fuimos más allá llevando el concepto a la práctica y demostramos la capacidad de los nanotubos péptidos para permitir la fabricación de nanocables metálicos coaxiales multicapa”. Gazit y Deborah Shalev, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, y sus colegas utilizaron péptidos de difenilalanina como base para los nanotubos peptídicos autoensamblables. Mientras investigaban la formación de fibras amiloides a partir de proteínas, un factor clave en enfermedades como el Alzheimer, la diabetes de tipo 2 o la enfermedad de priones, descubrieron que algunos péptidos se pueden autoensamblar en nanotubos. Los investigadores, que presentaron su trabajo en Nano Letters, rellenaron los nanotubos peptídicos con plata, utilizando una disolución reductora de nitrato de plata en el interior de los poros vacíos del tubo. Para recubrir el exterior de los nanotubos con oro utilizaron péptidos de unión. Estos últimos contenían un motivo de difenilalanina para enlazarse a la superficie del nanotubo peptídico y un residuo de cisteína con un grupo tiol capaz de enlazarse a las nanopartículas de oro. Por medio de estos péptidos de unión, el equipo logró unir nanopartículas de oro de 1,4nm de diámetro a la superficie de los nanotubos. Las nanopartículas de oro actuaron, entonces, como sitios de nucleación para la deposición sin corriente eléctrica de iones metálicos. De este modo, el equipo creó un recubrimiento de oro alrededor del nanotubo de unos 20 nanómetros de grosor. Las estructuras metal-aislante-metal resultantes deberían ofrecer ventajas para el apantallamiento de interferencias electromagnéticas.
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