En realidad, el laboratorio está todavía dando sus primeros pasos y en el moderno edificio todavía no hay científicos. Será después del verano cuando el INL debe tener a punto el reglamento y los requisitos de contratación para empezar a reclutar científicos. El plan es incorporar un total de 200 investigadores en cinco años, para desarrollar las grandes líneas de investigación predefinidas: nanomedicina, control ambiental, seguridad de alimentos y nanoelectrónica y nanomecánica.
El INL, cuyo director es el español Jesús Rivas (Universidad de Santiago de Compostela), tiene un coste de unos 100 millones de euros y está cubierto al 50% por España y Portugal, pero de esa cantidad unos 60 millones corresponden a la construcción del nuevo edificio, financiado en un 70% con fondos de la UE. El centro, que tiene un régimen jurídico internacional, está abierto a la entrada de nuevos países. Independientemente de los que participen oficialmente, el consejo rector del INL aspira, y es en ese aspecto en el que pone mayor énfasis, a fichar a científicos de alto nivel internacional sin mirar de qué país proceden.
Además de la ciencia de vanguardia, el nuevo laboratorio persigue la conexión directa con la aplicación industrial y comercial, e incluso el estímulo de creación de empresas derivadas directamente de la investigación.
fuente: www.elpais.com
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