Esto es un gran hito en la medicina. Muchos de los decesos se deben a fallas respiratorias, así mismo, si no es la muerte desencadenan fallos cerebrales o cardíacos. Aunque suene sacado de alguna película de ciencia ficción, sus usos no se limitan a la sala de urgencias si no también a aquellos marineros o viajeros en algún barco que, al prevenir el hundimiento de la nave, puedan evitar morir ahogados y poder sobrevivir 30 minutos más que podrías marcarían la diferencia entre vivir o morir.
Estas micro-partículas son partículas de oxígeno empaquetadas en capas de lípidos. Miden entre 2 y 4 µm y pueden almacenar hasta 4 veces la cantidad de oxígeno que contiene lo eritrocitos en nuestra sangre.
El Dr. John Kheir, quien inició con la investigación, fue inspirado por una paciente que tenía pulmonía. Ella no contaba con tubos de respiración y material necesario cuando sufrió una hemorragia en sus pulmones. Los doctores tardaron 25 minutos en bombear la sangre fuera de los pulmones para que ella pudiera respirar, sin embargo sufrió severos daños cerebrales que posteriormente la llevaron a su muerte.
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