domingo, 4 de diciembre de 2011

Pronto serán dos años...

...de la penosa salida de México de los doctores Mauricio y Humberto Terrones, y con ello de la desintegración del grupo de Nanociencias y Nanotecnología más productivo del país.

Liga a una nota reciente, recordando este lamentable hecho:

http://rincondelboomerecocon.blogspot.com/



Una nanohistoria
¿Dónde están los Terrones?


Rubén Cota Meza

En 1985 un grupo de investigadores, encabezados por el inglés Harold Kroto, dieron a conocer la existencia de una nueva molécula esférica formada por 60 átomos de carbono a la que llamaron buckminsterfullerene por su semejanza al domo geodésico construido por Richard Buckminster Fuller. También se le conoce como fullereno o por el apodo de “buckyball”.
En 1991, el investigador japonés Sumio Iijima, descubrió que, a partir de los fullerenos, se podían crear otras estructuras en forma de tubo, a las que se les llamó nanotubos de carbono.
Con tales descubrimientos nació una nueva rama de la ciencia y la tecnología (nanociencia y nanotecnología) en la que convergen la química, la física, la biología, la ciencia de los materiales, la simulación computacional y la ingeniería. El público supo de la existencia de la nanotecnología en 2001 cuando el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció el financiamiento para la Iniciativa Nacional de Nanotecnología de los Estados Unidos.
La nanociencia es el estudio del fenómeno y la manipulación de la materia a escala nanométrica (de 0.1 a 100 nanómetros. Un nanómetro equivale a una milmillonésima parte de un metro, o 10-9 metros), mientras que la nanotecnología es el diseño, producción y aplicación de estructuras, dispositivos y sistemas mediante el control del tamaño y la forma de la materia a nanoescala.
En esta escala, las propiedades físicas, químicas y biológicas de la materia, los objetos, los sistemas, etc., difieren de manera fundamental de los mismos a escala micro o macroscópica. Conociendo las propiedades y manipulando las características a nanoescala se pueden crear nuevos tipos de materiales o mejorar los existentes, con lo que se abre un extenso campo científico y tecnológico que marcará un nuevo rumbo a muchos procesos económicos.

Los “pioneros” mexicanos

En México, los “pioneros” de esta nueva ciencia y tecnología son los hermanos Humberto y Mauricio Terrones Maldonado.
Humberto nació en la ciudad de México en 1962, se graduó de ingeniero físico en la Universidad Iberoamericana en 1987 (su hermano menor Mauricio lo haría en 1992. El hermano mayor de ambos, Guillermo, formó parte de la primera generación de ingenieros físicos graduados por la Ibero), obtuvo el doctorado en el Birkbeck College de la Universidad de Londres bajo la dirección del connotado cristalógrafo británico Alan L. Mackay.
Pese a tener una prometedora carrera en el extranjero, Humberto Terrones decidió regresar a México para ser pionero en la investigación de nanociencia. Bajo su liderazgo se instaló en 1991 el primer laboratorio dedicado a la preparación, caracterización y estudios teóricos de tales estructuras en el Instituto de Física de la UNAM en Juriquilla, Querétaro. Humberto Terrones y Mackay fueron los primeros en introducir el concepto de curvatura en estructuras grafíticas que ha permitido concebir y diseñar nuevos arreglos atómicos y que abrió nuevas líneas de investigación hacia nuevas propiedades y nuevas aplicaciones de nanoestructuras de carbono.
Humberto convenció a su hermano menor Mauricio de también regresar a México cuando este estudiaba el doctorado en la Universidad de Sussex, Inglaterra, bajo la dirección de Harold Kroto, quien, junto con sus colaboradores, recibiría el Premio Nobel de Química de 1996 por el descubrimiento de la molécula C60. Cuando Kroto recibió el Premio Nobel, Mauricio era su estudiante.
Los hermanos Terrones no sólo acumulan numerosos reconocimientos y premios nacionales e internacionales por su labor de investigación científica, sino que han aportado nuevos descubrimientos en el campo de la nanociencia y la nanotecnología como el concepto de curvatura de materiales en capas, la síntesis de nanotubos de carbono alineados, el estudio y síntesis de nanotubos formados por otros elementos distintos al carbono, la síntesis de nanoalambres de hierro, fullerenos con altas topologías, la explicación de la estructura de fullerenos gigantes, la coalescencia de nanotubos de carbono y el papel que juegan el boro y el nitrógeno en nanotubos de carbono y cómo fortalecen la conducción electrónica.
Mientras estudiaba con Mackay en Inglaterra, Humberto Terrones se planteó la pregunta de si era posible disponer los átomos de tal manera que adquirieran curvatura y, con ello, obtener un material diferente. La respuesta fue afirmativa, por lo menos teóricamente. “Empezamos a trabajar sobre esto —relata Humberto en una entrevista en la sección Lunes en la ciencia del periódico La Jornada del 19 de marzo del 2001— y nos dimos cuenta que podíamos reproducir las mismas superficies que estudiábamos matemáticamente, —superficies mínimas triplemente periódicas—y que las podíamos modificar y crear nuevos materiales”. La aparición del descubrimiento de nanotubos de carbono por Sumio Iijima vino a corroborar el trabajo teórico de Terrones.
El estudio de los nanotubos de carbono promete aplicaciones que nunca habíamos soñado, dice Humberto Terrones, como producir materiales plásticos 100 veces más resistentes que el acero y seis veces más ligeros. Estos plásticos ya se están produciendo a escala experimental y las industrias de aparatos electrodomésticos y automotriz ya estudian la manera de sustituir las partes metálicas de sus productos con dichos plásticos; nanoconductores para sistemas eléctricos ultra pequeños que funcionan con bajísimas cargas eléctricas; nuevos materiales magnéticos para gran almacenamiento de información; monitores ultradelgados y nuevos compuestos químicos, entre muchas otras posibilidades.
Mauricio, el menor de los Terrones, es un verdadero genio de la nanociencia y la nanotecnología. En 1997, a la edad de 31 años, describió una novedosa ruta de auto ensamble para la producción de matrices de nanotubos de carbono alineados (como si dijéramos “soldar” varios nanotubos para crear una “nanotubería”). Este trabajo estableció los fundamentos para otros investigadores que han producido arreglos alineados de nanotubos.
En 1998 y 1999, fue el primero en publicar la síntesis y caracterización de nanotubos de carbono con contenido de nitrógeno (estructuras “dopadas” de nitrógeno). Los Terrones han detectado que tales estructuras “dopadas” de nitrógeno atacan de manera selectiva a las células cancerosas. Este campo está en sus inicios de la investigación pero es muy prometedor y pudiera, en el futuro, producir un tratamiento efectivo contra el cáncer.
En 2005, Mauricio Terrones demostró un método para producir nanotubos de carbono limpios y altamente cristalinos de doble pared. Estos y otros materiales, incluyendo nanocables, que los Terrones han creado en su laboratorio, probablemente tendrán muchos usos en nanoelectrónica y en la fabricación de nuevos materiales compuestos.
Desde el punto de vista teórico, los Terrones fueron los primeros en explicar la esfericidad de fullerenos (o buckyballs) gigantes anidados en base a la introducción de defectos, un modelo conocido ahora como Modelo Terrones. También han explicado y observado la coalescencia de nanotubos de carbono y predijeron formas nuevas de carbono metálico.

Los panistas los corrieron del país

A finales del año 2000, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, se creó el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) en el marco de la recién promulgada Ley para el Fomento de la Ciencia y la Tecnología y de una política de desconcentración de la actividad científica. A los hermanos Terrones se les propuso encabezar el grupo de nanociencias y nanotecnología del IPICYT, cosa que aceptaron porque, dicen, les prometieron la compra e instalación de un microscopio electrónico de tunelación, indispensable para sus investigaciones.
Cuando los Terrones descubrieron en el año 2000 que los nanotubos de carbonos coalescen (coalescen quiere decir que al igual que dos gotas de agua o de mercurio se juntan para formar una mayor, así dos nanotubos de carbono se juntan para formar uno de diámetro mayor) los experimentos debieron hacerlos con un microscopio de tunelación instalado en Stuttgart, Alemania.
Ante la perspectiva de contar con su propio microscopio, aceptaron incorporarse como investigadores y docentes en el IPICYT, en donde crearon el primer doctorado en nanociencia y nanotecnología de México.
Sin embargo, varios años después, el microscopio —que fue adquirido en 2001 con un costo de 1.7 millones de dólares— no había sido instalado porque el edificio en el que debía instalarse no había sido construido. El microscopio fue instalado hasta junio de 2008. Mientras tanto, los Terrones protestaron y sus denuncias y gestiones contribuyeron a que el primer director del IPICYT (2000-2005), José Luis Morán López, recibiera en abril de 2008 una sanción de la Secretaría de la Función Pública que lo inhabilita para ejercer cualquier cargo público durante diez años. Sin embargo, en represalia, el nuevo director del IPICYT, David Ríos Jara, destituyó a los Terrones de sus cargos académicos.
En junio de 2008, un grupo de 60 científicos de diferentes partes del mundo, encabezados por el Premio Nobel de química, Harold Kroto, dirigieron una carta a Felipe Calderón en la que manifiestan su preocupación de que los ataques a los hermanos Terrones pudieran destruir uno de los centros más promisorios en América Latina en el campo de las ciencias físicas. El tema fue recogido por la revista Nature, con lo que el caso adquirió proporciones mundiales.
Mientras los Terrones eran sometidos al acoso laboral para forzar su salida del IPICYT, la revista Physica Status Solidi, editada por investigadores de Alemania, publicó la lista de los diez investigadores más destacados del mundo en nanotubos que incluye a Richard Smalley, ganador del Premio Nobel de química junto con Harold Kroto en 1994, Sumio Iijima de Japón, otros siete investigadores de Japón, Estados Unidos, Corea del Sur y China y, en el número diez de la lista, a Mauricio Terrones de México.
Finalmente, después de más de un año de acoso laboral, los hermanos Terrones fueron despedidos en diciembre de 2009. En enero de 2010, la policía que resguarda el instituto le impidió la entrada a las instalaciones a Mauricio Terrones que iba a recoger sus pertenecías personales.
El caso fue cubierto nuevamente por la revista Nature, que le dedicó un editorial el jueves 11 de marzo de 2010.
Harold Kroto y otros científicos publicaron en ese mismo número una nueva carta en la que llaman a la comunidad científica a revertir lo que consideran un ejemplo vergonzoso para la ciencia en las naciones en desarrollo.
Cuando la revista Nature interrogó a Ríos Jara sobre las razones del despido de los Terrones, respondió: porque no aceptan el principio de autoridad y por ambiciosos.
En una nueva misiva a las autoridades mexicanas, Harold Kroto, dijo que “se trata de dos grandes e importantes investigadores cuyo talento ahora será aprovechado por instituciones extranjeras. Con la partida de los Terrones del país, creo que la ciencia [en México] perdió a algunos de sus grupos más importantes”.
Efectivamente, con su salida de México lo que pudiera resultar como producto del talento de ambos, contribuirá a enriquecer a otras naciones.

Sayonara México

Una búsqueda en internet indica que Humberto Terrones se encuentra en la Universidad Estatal de Pennsylvania en Estados Unidos y Mauricio fue contratado, en agosto de 2010, para integrar lo que en Japón llaman el “dream team” de nanociencias de la Universidad Shinshu.
Con el “dream team”, Japón busca conservar el primer lugar mundial en el desarrollo de ese nuevo campo de la ciencia y la tecnología. La contratación de Mauricio Terrones para el “dream team” de la nanociencia fue un hecho tan relevante que mereció un editorial de la publicación especializada Nano Today.
Así se “las gastan” los panistas.
Si los discursos de los actuales precandidatos a la presidencia de la República sobre la importancia de la ciencia y la tecnología y la innovación han de tomarse en serio, deben empezar por restituir los equipos de investigación que, de una u otra manera, se vieron afectados por la salida de México de los hermanos Terrones.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Graphene for Energy

A recent review by Linjie Zhi and co-workers at the National Center for Nanoscience and Technology, Beijing, China, and Curtin University, Australia, provides an overview of the pros and cons of different routes to graphene; top-down, including exfoliation and chemical reduction of graphene oxide, and bottom-up, including epitaxial growth and synthesis. The authors then go on to look at how graphene can be useful in various energy applications. They show that graphene has contributions to make in many different energy-related areas and detail the challenges that still need to be overcome in order to bring graphene to use in commercial devices.


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