El reciclaje existe desde hace muchísimo tiempo, pero hasta la década de los setenta no aparecieron los puntos de recogida de desechos para reciclaje, y hasta finales de la década de los ochenta no empezó la recogida de desechos a domicilio. El proceso de reciclaje actual es crucial para hacer frente al creciente volumen de residuos que producimos, pero los investigadores están buscando soluciones alternativas.
Un grupo que cuenta con socios de España, Letonia y Lituania asegura que está listo para lanzar al mercado una solución ecológica para la gestión de residuos de plástico. El proyecto SANDPLAST, financiado por el Vía libre a los ladrillos de plástico reciclado y fuera el cemento
programa EUREKA, ha desarrollado una tecnología para producir materiales de construcción de hormigón usando residuos poliméricos y rellenos inertes.
Cada día desechamos grandes cantidades de polímeros en forma de botellas de plástico, cartones y envases de yogurt. Los expertos calculan que el 25% de los residuos poliméricos no puede reciclarse, por tres motivos principales: contiene mezclas de tipos diferentes de polímeros; no es rentable económicamente; y es un proceso demasiado sucio.
Ahora investigadores del Centro Tecnológico de Letonia y del Instituto de Mecánica de Polímeros de la Universidad de Letonia han dado con una solución. En colaboración con Hormigones Uniland, empresa cementera española, han logrado convertir residuos poliméricos termoplásticos en una sustancia aglutinante que podría mezclarse con otros materiales, como la arena, y dar lugar a un hormigón polimérico sin cemento.
"Los ladrillos de hormigón polimérico tienen el mismo aspecto que los ladrillos comunes de cemento", afirmó el Dr. Juris Balodis, responsable del proyecto en el Centro Tecnológico de Letonia. Sin embargo, señaló que este hormigón polimérico absorbe menos agua, "por lo que resiste muy bien las variaciones de temperaturas, por ejemplo heladas". Se prevé que este material resultará beneficioso para el mercado europeo y los consumidores. Puede funcionar bien en una amplia gama de productos, como el llamado "mobiliario urbano" y los bordillos de las aceras.
Ahora el Dr. Balodis y su equipo están investigando cómo acelerar la producción de estos ladrillos. La velocidad actual es de tres ladrillos por minuto, pero se proponen aumentarla a entre treinta y sesenta ladrillos por minuto.
Valdis Leitlands ha ayudado a diseñar esta técnica en el marco del proyecto y está convencido de su potencial comercial, por lo que ha fundado Partneris L.V., empresa spin-off que pretende crear nuevos materiales de construcción a partir de residuos poliméricos. Su empresa ha unido fuerzas con Hormigones Uniland, que posee la capacidad de producir dos millones de metros cúbicos de hormigón preparado al año, para que le ayude a probar los productos creados con esta técnica y encontrar mercados. En el proyecto participan también socios lituanos.
"Letonia es un país pequeño, así que nos interesa explorar mercados extranjeros. Nuestro socio español conoce bien los mercados", explicó el Dr. Balodis.
Los investigadores opinan que estos innovadores ladrillos serán más económicos que los ladrillos comunes. Además, resultarán beneficiosos para el medio ambiente, ya que el procesamiento de residuos poliméricos podría ser una actividad económica rentable. Los principales clientes serían, según los socios del proyecto, las empresas de gestión de residuos y empresas que producen grandes volúmenes de desechos poliméricos.
Hasta la fecha los socios del proyecto han aplicado esta tecnología en Letonia para fabricar ladrillos de hormigón polimérico para aceras y un tipo de hormigón ligero en Lituania.
Fuente: CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitar
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