jueves, 31 de agosto de 2006
¿Puede la nanotecnología mejorar mi disco duro?
Como bien lo predice la Ley de Murphy, "Si algo puede salir mal, saldrá mal en el momento menos indicado". Y precisamente hoy, ocurrió. Mi disco duro levantó su plantón (exigiendo un conteo bit por bit, sector por sector) y tomó por sorpresa y sin consideración, la decisión de comerse 7 carpetas con información muy importante y esconderlas en algún lugar de su topografía superficial magnética, por cierto, en aquellas que el programa de revisión considera "bad sectors". Pero como todo en la vida, no fue tan sorpresivo: habían señales previas (apagones, avisos del sistema, extraños procesos de alentamiento del CPU) que al ser ignorados, solo contribuyeron a la caída del sistema.
No, no habrá anulación del disco duro y nueva elección (de disco duro). Fue tomado por los expertos de Tecnologías de información (el equivalente al Tribunal Electoral) para sacarle la información, no con estilos importados de la PGR, sino por la buena, con inteligencia.
Mientras tanto, leo con atención que investigadores de la Universidad de Pennsylvania emplean sus costosísimos microscópios electrónicos de fuerza atómica (AFM) para tomar fotos de las superficies de discos duros. Uno puede pensar, ¿y para qué? Bueno, el conocimiento profundo de los detalles superficiales puede traer información importante para el diseño de nuevos materiales magnéticos y nuevos procesos de manufactura de discos duros. En fin, la nanotecnología promete algún día encontrar, no se si con microscopía electrónica, los archivos que se me perdieron, tal vez escondidos debajo de una capa de átomos de óxido de hierro.
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