Desde que escribí mi artículo Nanociencias y nanofuncionarios sospeché que habría reacciones. El despido de los investigadores Humberto y Mauricio Terrones Maldonado, ha envenenado el ambiente en el IPICYT en un nivel casi insoportable, al grado de que quien se atreva a tocar este caso, inevitablemente sale raspado.
Lo primero que quiero aclarar, es que en mi artículo publicado el 16 de marzo, no hay una crítica a una institución como el IPICYT, mucho menos a sus investigadores. Se trata de algo muy diferente. El IPICYT es una gran institución, pero a muchos nos duele que se trunque ahí el desarrollo de un área promisoria de la investigación en México. Los conflictos en las instituciones científicas no se pueden resolver despidiendo investigadores.
El comunicado firmado por 40 académicos no contradice los argumentos principales de mi texto, se dedica a señalar las cosas que me faltó decir, todas ellas en contra de los hermanos Terrones. Pues bien, en La Jornada, además de mi artículo, se han publicado los argumentos del director del IPICYT que pueden verse en la página de Internet de nuestro diario.
La respuesta a mi artículo, no es en contra mía, es sólo un pretexto para justificar la política de las autoridades del IPICYT, para cesar a dos científicos. Yo reafirmo las conclusiones de mi artículo: Las autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología dañan el desarrollo de un área del conocimiento, desprestigian a nuestro país y exhiben ante el mundo su incapacidad para resolver racionalmente un conflicto.
Finalmente quiero agradecer a los firmantes del desplegado hacerme ver el error en el que incurrí en mi texto al definir un nanometro. Ciertamente es la mil millonésima parte de un metro, cosa que corregí de inmediato y está publicado (El Correo Ilustrado, 17 de marzo de 2010). Quiere decir que a quienes aludo en el título de mi artículo, son aún más pequeños de lo que imaginaba.
Javier Flores
7 comentarios:
Yo estoy de acuerdo en el comentario de la Jornada sobre el conflicto.
Ya que se ve claramente que los directivos del IPICYT no les conviene que esto saliera a la luz pública por que daña sus intereses personales sin importales lo academico.
Todos los academicos que lo apoyan al director son gente que apoyan estos actos de impunidad que se estan dando aqui en esta institución y que muchos de estos casos se dan en México y por eso no hay progreso ni habra en nuestro país con estos directivos tan corruptos que tenemos.
Pero ya estamos alzando la voz a las maximas autoridades y los medios de comunicación para que ya no sigan estos actos de impunidad.
Academicos firmantes de la carta,
La respuesta del reportero es directa, objetiva e inteligente; hagan una lectura sosegada y sin prejuicios de ella, y veran que Javier Cruz no esta parcializado como ustedes pretenden.
Firmantes de la carta,
Acaso no se percataron que el articulo de Javier Flores fue escrito unicamente con base en el reportaje de Nature y la carta de apoyo de cientificos extranjeros?
Donde esta su capacidad de analizar objetivamente los hechos, en este caso un articulo?
Por el estilo de la carta se ve que fue una iniciativa "institucional".
Si, sin duda, son mas pequenos de lo que podria imaginarse, pero se creen gigantes.
Javier Flores nunca pone en duda la calidad y relevancia de la investigacion que se realiza en otras areas del IPICYT como son biologia, ciencias ambientales, geologia, matematicas o materiales.
Seguramente muchos de los firmantes de la carta realizan investigacion equivalente en calidad y relevancia a la que realizan Humberto y Mauricio en Nanociencias.
La preocupacion, como bien dice el reportero, es porque en el IPICYT se "trunque ... el desarrollo de un area promisoria de la investigacion en Mexico". Y esto es asi porque no existe nadie en el pais que realice investigacion en nanociencias con la calidad y relevancia que lo hacen los Terrones.
Administrador del blog,
Someto a tu consideracion la conveniencia de que haya un enlace al blog o cuenta de correo de Javier Flores. Dado que el es reportero, es importante que siga informado de lo que ocurre con todo caso.
Gracias!
Finalmente Javier Flores mantuvo y reafirmó la tesis de su columna: los directivos (del IPICYT, del CONACYT, de la misma AMC) han mostrado su mínimo nivel ético y moral para atender y solucionar este problema, y por otra parte, el cochinero en que se ha convertido la política científica nacional.
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