Con nanomedicina, México dará el salto El Economista
CREDITO:
Maribel R. Coronel
Hablar de nanotecnología -metodología que permite manipular la materia a nivel nanoescala- hace unos años se pensaba como concepto de ciencia ficción. Hoy es parte de nuestra realidad y en los años siguientes la nanoindustria crecerá exponencialmente, en particular la nanomedicina.
Nivel “nano” significa 1,000 veces menos que un micrometro, o sea, 1,000 millones de veces menos que un metro. Para el común de los mortales es difícil imaginar tales escalas, pero existen y el ser humano ha aprendido a manipularlas. Estudios y protocolos de investigación y desarrollo de nanotecnología evidencian que los límites de la materia parecieran ser cada vez más superables y donde se exploran más aplicaciones es en el ámbito de la salud, en el que hay urgencia por generar ahorros.
Aunque parezca increíble, hoy como nunca en su historia, México puede dar el salto tecnológico y competir a nivel internacional con nanotecnología; participar con fuerza en lo que será la revolución científica, social y económica del siglo XXI. De ello se habló en el I Congreso NanoBioMédica celebrado la semana pasada en la ciudad de México donde, reunidos por Milton Jorge International, expertos del mundo argumentaron sobre la oportunidad que tiene México para integrarse en esta convergencia y dar el salto.
Ya se nos fueron varias oportunidades, es fundamental que no se nos vaya ésta, dice Milton Jorge Reyes, un joven empresario que anticipa: así como hace unas décadas se hablaba de que los websites serían el futuro, así es la nanotecnología; sólo que el proceso para pasar de microchips a nanochips será mucho más veloz. Este joven logró juntar a varias instituciones para organizar NanoBioMédica y junto con reconocidos científicos mexicanos buscan unir fuerzas para empujar la integración de redes científicas, académicas, gubernamentales, con profesionales de la salud e inversionistas para adoptar nanotecnología en la industria de salud mexicana.
No lo dice sin sustento: en México ya hay 650 nanotecnólogos y creciente interés y espíritu de los jóvenes por dirigirse hacia esa área. También hay instituciones serias como la UNAM -que ya ha patentado procesos y materiales nano estructurados-, la UAM y universidades privadas con importante infraestructura y conocimiento de nanotecnología aplicada a la medicina.
El sistema de investigación en nuestro país cuenta con científicos de elevada capacidad y reconocimiento a nivel mundial, además de muy buenos equipos. Sólo falta que se acerquen instituciones e inversionistas para detectar oportunidades de negocio porque son diversas las áreas con potencial económico y tecnológico.
Entre las áreas de oportunidad están biomateriales y superficies inteligentes (la industria automotriz aquí ya produce autopartes con nanomateriales), regeneración de órganos, micro y nanofluidos, dispositivos miniatura altamente integrados a nanobiosensores para diagnóstico, nanopartículas funcionales para imágenes de diagnóstico a nivel celular, entre muchas otras.
Aunque aún está empezando, los ingresos atribuibles directamente a la nanomedicina han venido creciendo a niveles de 42% entre el 2006 y el 2011, y para el 2011 se estima genere ingresos por más de 19,000 millones de dólares.
No de a gratis se vislumbra que la nanomedicina, la tecnología aplicada a la medicina, será una de las top five profesiones más demandadas dentro de 30 años.
Los expertos de distintos países reunidos en NanoBioMédica, adonde asistieron estudiantes de Medicina e ingenierías de Universidad Anáhuac, Autónoma de Querétaro, la Ibero, de las Américas de Puebla (pionera en América Latina en ofrecer licenciatura en Nanotecnología e Ingeniería Molecular), La Salle y Tec de Monterrey coincidieron en que México está ante una coyuntura histórica única para ser protagonista de esta revolución tecnológica, científica y también social porque redefinirá al nuevo ciudadano del siglo XXI.
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