El profesor de química de la Universidad de Calgary, David Cramb advirtió que este nuevo avance es un "paso más cerca de ayudar a resolver un problema complejo en el campo de la nanotecnología: el impacto de las nanopartículas sobre la salud humana y el medioambiente".
Cramb, director del programa de nanociencia de la Facultad de Ciencias, y sus investigadores han desarrollado una metodología para medir diversos aspectos de las nanopartículas en el torrente sanguíneo de los embriones de pollo. Su descubrimiento se ha publicado en la edición en línea de marzo de Chemical Physics Letters.
"Con el auge en la producción de nanomateriales hay una creciente posibilidad de humana y/o medioambiental. Por lo tanto, hay una necesidad de investigar sus posibles efectos perjudiciales", señala Cramb. "Hemos desarrollado herramientas muy especializadas para empezar a medir esos efectos."
Las nanopartículas son partículas o grupos de átomos o moléculas de nanómetros de tamaño. Un milímetro (o el diámetro de la cabeza de un alfiler) es igual a un millón de nanómetros. Las nanopartículas ya se utilizan en la industria cosmética y están en proceso de desarrollo para la administración de fármacos, el diagnóstico por imagen y la ingeniería de tejidos, por nombrar sólo unas cuantas aplicaciones. Se estima que las inversiones en nanotecnología a nivel mundial alcanzarán aproximadamente los 12 billones de dólares estadounidenses en el 2012.
Cramb está buscando modos de ayudar a responder algunas preguntas, incluyendo: si los embriones están expuestos a las nanopartículas, ¿a dónde se dirigen éstas? ¿Cómo responderá el embrión? ¿Qué enfoques de reglamentación se pueden recomendar para mitigar la exposición accidental? ¿Cómo puede la nanotecnología ser ecológica y sostenible?
"En nuestro laboratorio se llevan a cabo estudios de bioacumulación con embriones", señala Cramb. "Estos estudios son importantes, ya que la nanotoxicidad crónica en un organismo adulto podría estar relacionada con la exposición durante el proceso de desarrollo. Además, una exposición aguda podría afectar a la viabilidad embrionaria".
Cramb y sus investigadores estudiaron los cambios inducidos por la luz y el movimiento en las nanopartículas, dirigiendo un rayo láser hacia un vaso sanguíneo que contenía nanopartículas y midiendo la fluorescencia. Esto es único porque nunca se ha hecho en un embrión vivo. Los resultados permitirán medir y comprender la captación en los tejidos de embriones humanos.
Fuente: Science daily
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