Durante los últimos 100 años hemos visto un cambio dramático en el estilo de las personas. Ahora la nanotecnología llega para hacer de las suyas. La profesora del departamento de diseño y artes computacionales, Joanna Berzowska, ha desarrollado un tejido electrónico que aprovecha la energía del cuerpo humano para cambiar las propiedades visuales de los vestidos.
El objetivo es crear vestidos que puedan transformarse en formas complejas e impresionantes en respuesta al calor. Por eso es que el proyecto se llama "Karma Chameleon".
Las fibras consisten en múltiples capas de polímeros, las cuales interactuan unas con otras al ser estiradas. El mayor avance de estos textiles es su capacidad de embeber las funciones electrónicas o computacionales, es decir en lugar de añadir componentes electrónicos, estos están tejidos dentro de la fibra.
Si bien aun no es posible manufacturar ropa con las nuevas fibras, Berzowska trabajo con diseñadores de moda para crear prototipos conceptuales que nos ayuden a determinar el comportamiento de la ropa. Si bien este tipo de ropa no se vera hasta dentro de 20 o 30 años en el mercado, las posibilidades son increibles, tal como un vestido capaz de cambiar forma y color, o una camisa que capture la la energía del movimiento corporal y la use para recargar el celular.
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