En el método original de los investigadores, los materiales de autorreparación constan de un agente reparador microencapsulado (el diciclopentadieno) y el catalizador de Grubbs, en una matriz de materiales epoxídicos. Al producirse la fisura en el material, se rompen las microcápsulas y liberan el agente reparador, que entonces reacciona con el catalizador para reparar el desperfecto.
En su nuevo método, cuando se forma una grieta en el material epoxídico se rompen las microcápsulas que contienen el clorobenceno. El disolvente se dispersa en la matriz donde encuentra bolsas de monómeros epoxídicos sin reaccionar. El disolvente lleva entonces los monómeros epoxídicos latentes a la rajadura, donde tiene lugar la polimerización, restaurándose así la integridad estructural.
En las pruebas de fractura, al utilizar los compuestos de autorreparación con la química sin catalizador se recupera tanto como el 82 por ciento de la resistencia original del material antes de la fractura.
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