Por Iker Olaeta
En pocos años, esta nueva tecnología, sobre la que se está levantando toda una industria, ha desembarcado en el mundo del automóvil. Sus aplicaciones todavía se limitan a un par de campos pero, en unos años revolucionará nuestro modo de vida. Así queda recogido en un informe de la compañia "Frost & Sullivan" en el que se hace un balance de las perespectivas de la nanotecnología en la automoción.
Productos de limpieza y mobiliario con capas de nanocompuestos con propiedades anti-bacterianas, en los últimos años estos productos han llegado a nuestros hogares y ya lo están haciendo a los coches. Pocos saben que la tapicería del nuevo Opel Insignia tiene una capa protectora a base de nanopartículas, que la hacen resistente a todo tipo de manchas. Sí, también a las de aceite, tomate, tinta o café.
BMW trabaja en la fabricación de coches que se limpian solos y que recargan la batería cuando están aparcados gracias a una pintura construida como minúsculas células solares. Merced a la aplicación de la nanotecnología a la industria del automóvil, informa Tecnologías Científicas, los nuevos prototipos estarán dotados de parabrisas que regulan la luz y con retrovisores que reducen hasta un 80% la iluminación de los otros vehículos. La nanotecnología permitirá también dotar a los vehículos de nanosensores capaces de detectar moléculas de hielo en la carretera, y de filtros con nanoporos que reduzcan la contaminación y el consumo de combustible. A más largo plazo será posible incluso comprar un coche con nanopartículas que se autoensanblen solas, átomo a átomo, cuando el vehículo esté en nuestro jardín, a la medida de nuestros sueños.
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