Un grupo de
investigadores del Instituto de Física de la UNAM, encabezados por Luis
Fernando Magaña, diseñan superficies de grafeno para absorber contaminantes
como el monóxido (CO) y el dióxido de carbono (CO2). Se pretende que
estas superficies logren capturar estos compuestos y usar dicho material para
limpiar la atmósfera o algún ambiente específico.
“El hexafluoruro de azufre es 100 mil veces más poderoso como contaminante
que el dióxido de carbono y puede permanecer en la atmósfera hasta 3 mil años”,
comentó Magaña. Es por eso que es importante encontrar la manera de atraparlo y
eliminarlo de la atmosfera.
A partir de sus estudios teóricos ha predicho que el grafeno con titanio es
capaz de adsorber el ácido sulfúrico que emiten las industrias a la atmósfera y
que al caer genera la lluvia ácida que corroe vidrio, metales y la piel de las
personas. “Además, permite absorber física y químicamente el CO2 y el
CO, así como el metano, para retirarlos de la atmósfera”, añadió. Es asi como en
esa línea de investigación, los científicos universitarios estudian la manera
de anclar semifullerenos y seminanotubos de carbono en grafeno, y usarlo con
una semicaña partida por el eje para poner en ella átomos de titanio, lo que
genera una superficie extendida capaz de atrapar partículas contaminantes.
De igual modo, Magaña ha corroborado teóricamente que, al interactuar con
un átomo de titanio, un buckimster (un tipo de fullereno conocido como C60)
partido a la mitad rompe el ozono en un átomo y una molécula de oxígeno puro,
lo que potencialmente puede servir para eliminar ese gas contaminante de la
atmósfera de la Ciudad de México.
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