Se ha conseguido fabricar con éxito fibras de plástico altamente conductoras que tienen sólo varios nanómetros de espesor. Además, estos nanohilos se autoensamblan en un proceso que es activado por un destello de luz.
Baratas y fáciles de manejar, a diferencia de los nanotubos carbono, las nuevas nanofibras de plástico combinan las ventajas de dos clases de materiales capaces de conducir la corriente eléctrica: los tradicionales metales y los innovadores plásticos de polímeros orgánicos. De hecho, sus notables propiedades eléctricas son muy similares a las que presentan los metales.
Además, son ligeras y flexibles como muchos de los plásticos convencionales, lo que abre la posibilidad de superar uno de los desafíos más importantes de la electrónica del siglo XXI: la miniaturización de los componentes en la escala nanométrica.
Estos asombrosos nanohilos de plástico son obra de científicos del Centro Nacional francés para la Investigación Científica y la Universidad de Estrasburgo, en Francia.
Estas fibras reúnen por tanto lo mejor de cada clase de materiales. Son muy ligeras y flexibles, y al mismo tiempo capaces de transportar densidades de corriente extraordinarias, casi tanto como las que soporta el cobre.
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