Si se deja en remojo en agua un impermeable durante dos meses, incluso el mejor de todos, al final de la experiencia, acabaría húmero. Sin embargo, un nuevo material hidrófugo desarrollado por químicos suizos saldría tan seco como el día que se metió en el agua.
El investigador principal Stefan Seeger, de la Universidad de Zurich, afirma que el tejido, hecho de fibras de poliéster recubiertas con millones de diminutos filamentos de silicona, es el material hidrófugo más adecuado para la fabricación de ropa que se ha creado hasta ahora.
Las gotas de agua permanecen en forma de bolas esféricas sobre el tejido (véase imagen) y tan solo hay que inclinar 2 grados desde la horizontal una lámina del material para que las gotas rueden hacia fuera como canicas. Un chorro de agua rebota contra el tejido sin dejar ni una marca.
El secreto de esta increíble resistencia al agua es la capa de nanofilamentos de silicona, que son químicamente muy hidrofóbicos. La estructura puntiaguda de filamentos de 40 nanómetros de ancho refuerza dicho efecto para crear un recubrimiento que evita que las gotas de agua calen a través del recubrimiento para empapar las fibras de poliéster que están bajo él.
"La combinación de la química de superficie hidrofóbica y la nanoestructura del recubrimiento da lugar al efecto superhidrofóbico", explicó Seeger para New Scientist. "El agua reposa sobre los nanofilamentos como un fakir tumbado sobre una cama de clavos", añadió.
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