El Ascensor Espacial
Uno de los aspectos más curiosos sobre los nanotubos de carbono es la posibilidad de fabricar un futurista ascensor espacial que se desplazaría por una cinta basada en materiales compuestos con nanotubos de carbono, muy ligera y tremendamente resistente. El Ascensor podría ser construido a base de casi 40.000 kilómetros de nanotubos de carbono y sería capaz de transportar hasta 20 toneladas al espacio sin emplear motores. La idea del El Ascensor Espacial, nació en 1.966 en la imaginación del ingeniero ruso, Yuri Artsoutanov, dentro de un artículo del diario Pravda ("To the cosmos by electric train"), aunque reconocía que la resistencia a la tensión necesaria para construir el cable no podía obtenerse con ningún material conocido en ese momento. No obstante se hizo famosa de la mano del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, que se inspiró en ella para dos de sus novelas: "Las fuentes del paraíso"(1978) y "2061, odisea III" (1988). El escritor Charles Sheffield también menciona un ascensor espacial en su novela "La telaraña entre los mundos", que fue terminada unos meses antes, aunque no logró publicarla hasta después de aparecer la novela de Clarke. El concepto, simple y elegante, consiste en conectar una estación espacial a la Tierra mediante un cable lo suficientemente largo que permita colocar en órbita naves de transporte. Para elevar el ascensor se emplearía un sistema de propulsión electromagnético. La base del dispositivo estaría en el Ecuador, sobre una plataforma marina, en el Océano Indico, a 70 grados de longitud este, al sur de India, cerca de las islas Maldivas". Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la tecnología es la ausencia de materiales lo suficientemente resistentes para diseñar el cable. En cambio la nanotecnología podría solucionar el problema, dado que los nanotubos de carbono, son 100 veces más resistentes que el acero. Sin duda el ascensor espacial seria la solución al problema que supone el desorbitado coste que tiene actualmente la puesta en órbita de cualquier tipo de objeto o nave. Mientras con los sistemas de propulsión actuales poner en órbita un kilo cuesta 22.000 dolares el ascensor lo haría por algo menos de 1,5 dólar por kilo. Este es sin duda un complicado proyecto, para el que no obstante ya se están dando los primeros pasos mediante la convocatoria de un concurso (más información en ELEVATOR2010)
Fuente: http://www.oviedo.es/personales/carbon/nanotubos/nanotubos.htm
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