Ha ocurrido con los transgénicos y con las antenas de telefonía. Dada la incertidumbre sobre sus posibles riesgos, una parte de la opinión pública se posiciona en contra. Ahora, la Unión Europea y los científicos que trabajan en nanotecnología quieren evitar que el temor a lo desconocido se apropie una vez más de la opinión pública y frene su desarrollo. La UE dedica más del 5% de las subvenciones a este sector a informar a los ciudadanos. Se trata de fomentar el diálogo social y establecer unas reglas para su uso seguro, coincidieron en afirmar Jordi Pascual, director del Instituto Catalán de Nanotecnología, y Anna García Hom, investigadora del Centro de Investigación para la Gobernabilidad del Riesgo, en el encuentro organizado el martes por Aula EL PAÍS y el Observatorio de la Comunicación Científica de la Pompeu Fabra, con el apoyo del Instituto Novartis de Comunicación en Biomedicina.
No establecer un marco europeo para el desarrollo seguro de las nanotecnologías significaría perder una oportunidad de progreso, según ambos expertos. "Su impacto puede ser similar al de la electricidad o las telecomunicaciones", explicó Pascual. "Si sustituyéramos todas las bombillas por LED se podría ahorrar la producción de 50 nucleares", ejemplificó. García Homs insistió en que "para que los miedos no se conviertan en mitos, es necesaria una opinión pública informada y enmarcar las posibles implicaciones ambientales en una normativa".
Culmino esta entrada con un comentario:
Cualquier área de las ciencias puede ayudar tanto a beneficiar a la comunidad que se desee o a destruirla, todo esta en saber manejar con ética cualquier practica,no solo de una profesión relacionda con la nanotecnología sino con cualquier profesiòn.
Datos extraidos de: http://www.elpais.com/articulo/cataluna/UE/combate/falsos/miedos/nanotecnologia/elpepuespcat/20091002elpcat_10/Tes
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