domingo, 4 de octubre de 2009

Una mirada al 2030


6 de February 2008 | Rafael Ortega |

Categorías:Investigación, Nanotecnología

¿Alguna vez se ha preguntado como será el planeta Tierra de aquí a unos 20 años?… Han salido a la luz dos informes donde nos muestran nuestros días en aquel entonces.

Ambos informes, uno “Modelando el futuro” elaborado por el Foro Young Global Leaders y “El mundo en 2030” por el escritor Ray Hammond, nos dan una visión de un mundo sofocado en ciudades, donde la tecnología, nanotecnología y todas sus áreas, serán primordiales y estarán presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, pero donde habran muchos problemas ambientales.

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Para los dos informes -Modelando el futuro, elaborado por el Foro Young Global Leaders; y El mundo en 2030, del escritor Ray Hammond- el mundo del futuro será, claro está, más moderno, pero tendrá los mismos problemas que el actual. Las diferencias entre hombres y mujeres se estrecharán, los derechos humanos serán más respetados y la malnutrición, el analfabetismo y el trabajo infantil se reducirán. También crecerán las desigualdades dentro de cada nación: los ricos serán más ricos y los pobres seguirán siendo pobres, aunque mejorarán un poco sus condiciones de vida, en lo que será el triunfo definitivo de la clase media. Habrá nuevas fuentes de conflicto, y el regionalismo y el fanatismo religioso cobrarán fuerza en un mundo globalizado. China, India y Latinoamérica ganarán importancia frente a Estados Unidos y Europa.

Pero el principal problema será el medioambiental, pues los efectos del cambio climático habrán dejado de ser objeto de debate para convertirse en una realidad a la que hacer frente. La temperatura de la tierra aumentará varios grados y el nivel del mar crecerá. El tiempo registrará fenómenos meteorológicos extremos, y Europa occidental vivirá desde inviernos árticos a monzones veraniegos. La sequía se extenderá, y muchos bosques y praderas serán transformados en tierras de cultivo. También crecerá el consumo de energía, especialmente en Asia.

Para hacer frente a esta situación, el uso de energías renovables se extenderá, aunque el petróleo seguirá siendo la materia prima dominante. Ray Hammond, en su informe, sostiene que el empleo de plásticos ayudará a minimizar el impacto del calentamiento terrestre. Si la mitad de los edificios estuvieran aislados utilizando este material, la UE podría reducir en un 35% las emisiones de CO2 que emiten.

Como en todo relato futurista, no podían faltar los robots. Máquinas de todas las formas, tamaños y colores que serán nuestros ‘esclavos satisfechos’, como les llama uno de los documentos, y sustituirán a la Ley de Dependencia a la hora de cuidar a una población envejecida. Porque unas mil millones de personas tendrán más de 65 años de edad.

La verdadera revolución la experimentará el campo de la medicina. La elaboración de un mapa de ADN personal, los avances en terapia genética y las investigaciones sobre células madre mejorarán considerablemente la calidad de vida. Un niño nacido en 2030 podrá vivir hasta 130 años, y las enfermedades contagiosas dejarán de ser mortales. Con una excepción notable, que seguirá causando dolor de cabeza a las autoridades sanitarias: el sida. Pero si el tratamiento médico mejorará, también costará más caro.

Internet se habrá convertido en una web ’supercombinada’ en la que todo estará siempre conectado. Será posible acceder a la Red en cualquier momento y cualquier lugar, con los móviles o los relojes. Los edificios y las farolas también se usarán para acceder a Internet; y los coches, gracias a los satélites, se guiarán solos por las autopistas.

La educación también se transformará: mucha más gente terminará la educación secundaria e ingresará en la universidad. Se incrementará el uso de la enseñanza virtual a través de Internet, aunque el sistema educativo no variará demasiado.

El mundo virtual que ofrece la página web Second Life no es nada comparado con lo que se avecina. Las actividades de ocio a través del ordenador se multiplicarán y serán tan sofisticadas que será casi imposible distinguirlas de la realidad. Las computadoras permitirán experimentar sensaciones táctiles, olorosas, auditivas, visuales… Un nuevo mundo se abrirá a los sentidos. Y, sin embargo, las actividades de diversión no cambiarán. El cine, la música, los viajes o las fiestas seguirán ocupando el tiempo de ocio.

Las necesidades energéticas del mundo se doblarán en los próximos 20 años. Las fuentes renovables, como la solar, la hidráulica o la eólica, adquirirán una gran importancia y los gobiernos firmarán acuerdos medioambientales más estrictos. Los vehículos empezarán a utilizar nuevos combustibles.

‘La cuarta década del siglo XXI será el principio del fin de la evolución humana’, dice Ray Hammond en su informe. Para el escritor, cuando los robots sobrepasen la capacidad intelectual de las personas, se convertirán en ‘los sucesores de la humanidad’. Además, las técnicas genéticas permitirán al hombre desarrollar sus capacidades físicas y psíquicas ‘de un modo que nadie puede prever’.

Muchos profesionales podrán trabajar desde casa a través de Internet, en mucha mayor medida que en la actualidad. Y aparecerán nuevas profesiones, de naturaleza muy difícil de pronosticar. Sin embargo, las tasas de paro aumentarán debido a la superpoblación, y a pesar de la necesidad de alimentos, el sector servicios seguirá en desarrollo y el primario continuará en retroceso.

Las casas apenas consumirán energía, y todos los dispositivos de uso diario, como la iluminación, la calefacción y los electrodomésticos, tendrán incorporadas tecnologías inalámbricas. Así, las luces y el resto de aparatos se apagarán cuando las personas salgan de las habitaciones y se ajustarán constantemente a las necesidades de cada momento.

EXTRAIDO DEL SITIO WEB www.madrimasd.org

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