Esta noticia en particular me gustó bastante, es un buen resumen de todo lo mejor que se ha descubierto el año pasado.
A nanoescala, incluso los materiales más simples y más conocidos pueden presentar nuevas propiedades sorprendentes; propiedades como la resistencia, la adherencia y la absorción se pueden multiplicar simplemente encontrando la estructura adecuada a nanoescala y en el 2008, muchos ingenieros lo consiguieron.
Unos nanocables de óxido de manganeso entrelazados dieron forma a una especie de tejido de papel que engulle los vertidos de fuel sin absorber ni una gota de agua, mientras que un patrón de nanotextura diferente, que se puede aplicar a cualquier tejido, demostró servir para fabricar ropa impermeable, que emerge seca incluso después de pasar dos meses bajo el agua. Por otra parte, un material que imita las nanoestructuras que se encuentran en los pies de gecko es hasta 10 veces más adhesivo que el original.
Las novedades en nanotecnología también se han aprovechado en la búsqueda de alternativas a las fuentes de energía existentes. Una novedosa mezcla de hidruro de litio y nanotubos de carbono rellenos de oro demostró ser capaz de convertir la radiación directamente en electricidad y podría servir para impulsar las naves espaciales en misiones largas.
Los nanotubos de carbono también formaron parte de un plan para crear un nuevo tipo de fotosíntesis artificial. Los tubos actúan como almacenamiento temporal para los electrones obtenidos de la luz antes de utilizarlos en reacciones químicas que eliminan el CO2 de la atmósfera. Incluso se podría llegar a transformar el gas invernadero en combustible.
La carrera para desarrollar una batería que desbloquee el potencial de los coches eléctricos también depende de los avances a nanoescala, que incluyen mayor potencia química en un volumen más pequeño.
Los diseñadores de procesadores llevan años aventurándose en la nanoescala y en los últimos chips se han alcanzado los 45 nanómetros, pero puesto que no va a ser posible encoger mucho más el silicio, los nanocomponentes podrían ofrecer mejor rendimiento a escalas similares. Un material denominado grafeno (una lámina de carbono de tan solo un átomo de grosor) es uno de los principales competidores, ya que este año ha demostrado ser capaz de pulverizar el récord de conductividad de un material a temperatura ambiente, algo que establece el límite de velocidad en computación.
Aprovechar una de las nanoestructuras de la naturaleza (las fibras de ADN de apenas 2nm) para crear un tipo de cable diminuto de fibra óptica podría proporcionar un modo de conectar los componentes de los futuros ordenadores y enviar los datos con luz en lugar de electricidad.
Pero al igual que cuando se descubre cualquier material nuevo y exótico, la seguridad de los nanomateriales también debe ser evaluada. Todavía se desconoce hasta qué punto hemos empezado ya a liberar nanopartículas en el medioambiente, pero no hay duda de que el proceso ya está en marcha. Se ha descubierto que las nanopartículas de plata añadidas comúnmente a los calcetines para eliminar las bacterias pasan fácilmente a las aguas residuales durante su lavado. Y es probable que se produzcan más descubrimientos como este. Algunos productos del día a día como los limpiadores y las cremas solares ya contienen nanopartículas y las estructuras a nanoescala se utilizan cada vez más en la industria.
Mientras tanto, las investigaciones en laboratorio de los efectos de las nanopartículas sobre la salud han dado resultados preocupantes. Un estudio observó que los ratones que inhalaban nanotubos sufrían los efectos similares a los del asbesto; otro mostró que las lombrices que ingerían nanotubos presentaban una tasa de reproducción inferior.
Sin embargo, se han realizado muy pocos estudios como estos, lo que ha llevado a la Royal Commission on Environmental Pollution del Reino Unido a destacar la necesidad “urgente” de evaluar los efectos sobre la salud y el medioambiente de los objetos a nanoescala.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario