Uno de los grandes avances en la nanotecnología, es la creación de biochips,
que permiten la obtención de grandes cantidades de información trabajando a una
escala muy pequeña.
Un ejemplo de estos avances está en la lucha contra el cáncer. El
combate de la enfermedad a escala molecular permite detectar precozmente la
enfermedad, identificar y atacar de forma más específica a las células
cancerígenas. Por eso, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI)
ha puesto en marcha la"Alianza para la
nanotecnología en el cáncer", un plan que incluye el desarrollo
y creación de instrumentos en miniatura para la detección precoz.
También en la administración de medicamentos, las nuevas técnicas son ya
un hecho. "Los nanosistemas de liberación de fármacos actúan como
transportadores de fármacos a través del organismo, aportando a éstos una mayor
estabilidad frente a la degradación, y facilitando su difusión a través de las
barreras biológicas y, por lo tanto el acceso a las células diana",
explica María José Alonso, investigadora de la Universidad de Santiago de
Compostela, que trabaja en esta línea desde 1987. En el tratamiento del cáncer,
asegura, "estos nanosistemas facilitan el acceso a las células tumorales y
reducen la acumulación del fármaco en las células sanas y, por tanto, reducen
los efectos tóxicos de los antitumorales".
Desde Estados Unidos, el nanotecnológo James Baker ha desarrollado otra
alternativa basada en unas moléculas artificiales conocidas como dendrímeros.
Se trata de estructuras tridimensionales ramificadas que pueden diseñarse a
escala nanométrica con extraordinaria precisión. Los dendrímeros cuentan con
varios extremos libres, en los que se pueden acoplar y ser transportadas
moléculas de distinta naturaleza, desde agentes terapéuticos hasta moléculas
fluorescentes. En su estudio, Baker aplicó una poderosa medicina contra el
cáncer, metotrexato, a algunas ramas del dendrímero. En otras, incorporó
agentes fluorescentes, así como ácido fólico o folato, una vitamina necesaria
para el funcionamiento celular.
Hace poco, un equipo de científicos de la Universidad de Harvard descybrió un dispositivo que es realmente un nanotransistor, integrado en un
nanocable con forma de V, de tamaño inferior al de muchos virus y que puede
introducirse en el interior de una célula y registrar su actividad sin
trastornarla, de hecho el nuevo dispositivo tiene un diámetro 100 veces menor
que los utilizados hasta ahora. Son aceptados por la membrana celular, de forma
similar a lo que sucede con virus y bacterias, cuando los recubren de una doble
capa de fosfolípidos, parecida a la estructura de la membrana
"Estos nanotransistores de efecto de campo (conocidos como nanoFET)
representan la primera medida del interior de una célula con un dispositivo
semiconducto", asegura Charles M. Lieber profesor de Química en
Harvard y director del proyecto, cuyos resultados se publican en Science.
Asegura que las posibilidades de estos detectores "podrían introducirnos
en una nueva era en materia de diagnósticos, seguridad biológica y respuestas a
brotes víricos". Los científicos afirman que estos transistores se pueden
utilizar para medir el flujo de iones o las señales eléctricas en las células,
especialmente en las neuronas. También se pueden asociar a receptores u otros
elementos biológicos para detectar la presencia de compuestos bioquímicos en el
interior de una célula.
de: creamoselfuturo.com/nano-tecnologia/2012/02/29/nanotecnologia-y-medicina-biochips-y-nanotransistores/
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