Con la inminente producción de nanomateriales como lo son
los nanotubos de carbono y otros materiales, se ha comenzado a explorar los
riesgos de usar dichos productos. Muchos de los materiales que usamos desde
hace mucho tiempo tienen repercusiones en el ambiente y en el hombre de los que
no sabemos nada. No obstante, esto a generado un interés en las repercusiones
que podría tener.
Ciertos grupos de investigación han tomado como tarea
tomar algún área específica de toxicología y han comenzado a indagar en ella.
Sin embargo, el principal problema al que se enfrentan estos grupos y sus
investigaciones es que no cuentan con un parámetro con el cual comparar sus
hallazgos. Esto genera que los estudios que se realizan pierdan importancia.
La incertidumbre generada por la falta de un estándar de
seguridad ha creado mitos como pensar que una nanopartícula siempre es más
tóxica que una partícula similar o de la
misma composición. También se cree que
el tamaño de la partícula y la superficie que esta abarca son vitales en la
determinación de toxicología.
Se sugiere que como mínimo, debería determinarse factores
como caracterización de la partícula, toxicidad pulmonar, dermal, oral y
ocular; toxicidad en los genes y en el agua. Estas reglas ayudarán a establecer
un parámetro temporal en lo que se encuentra un sistema que pueda utilizarse
como base para otros estudios. Esto es especialmente útil ya que es difícil
conocer cuanta es la exposición al nanomaterial, por lo que caracterizar el
compuesto se de gran importancia.
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