Nicola Armaroli y sus colaboradores del CNR-ISOF, en Bolonia (Italia), y Davide Bonifazi y sus colegas de la Universidad de Trieste (Italia) y la Universidad de Namur (Bélgica), han mostrado que las moléculas pi-conjugadas que disponen de sitios de enlace complementarios para el hidrógeno se pueden autorganizar en nanoestructuras complejas, que parecen sistemas micelares naturales.
Se sabe que la naturaleza crea espectaculares nanoarquitecturas por medio de combinaciones supramoleculares. Con frecuencia se utilizan enlaces de hidrógeno complementarios.Estos enlaces permiten, también, modificar el tamaño y la forma de las nanopartículas. Los enlaces de hidrógeno complementarios promueven la autorganización de las nanopartículas en conjuntos uniformes y permiten, también, que se produzca un cambio morfológico de nanopartícula a vesícula.
Armaroli ha mostrado también que la nanoagrupación se puede invertir con temperatura, lo que sugiere posibles aplicaciones de estas vesículas en la administración molecular.
‘El objetivo final de este trabajo es crear una biblioteca de nanoarquitecturas, que puedan tener posibles aplicaciones como portadores de fármacos en la formación de imágenes biológicas y en dispositivos optoelectrónicos’, señala Armaroli.
No obstante, Armaroli reconoce que uno de los principales retos que hay que superar consiste en lograr diseñar nanoestructuras con la funcionalidad molecular deseada, sin comprometer características clave como la estabilidad química y la fotoluminiscencia.
Publicación Original: Nicola Armaroli et al., Chem. Commun. 2009.
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