Bilbao, octubre de 2010.- El cáncer de mama es una enfermedad heterogénea que desde hace mucho tiempo se sabe que no se comporta igual en todas las mujeres. “Es diferente en una mujer joven que en una anciana, o si se presenta antes o después de la menopausia”, explica Ricardo Fernández, director médico del IOB Bilbao-Bizkaia (Instituto Oncológico Baselga).
“Este antiguo conocimiento empírico tiene una base molecular cuyos mecanismos se fueron desvelando a lo largo del siglo pasado, pero en los últimos años ha adquirido un desarrollo espectacular, que justifica gran parte de los avances que se han producido en el avance de esta enfermedad”, señala el experto.
Los perfiles genéticos recientemente descritos permiten elegir tratamientos y definir pronósticos con mayor precisión. Además, la división en subgrupos moleculares desarrollada esta década, cuya incorporación a la práctica diaria es muy frecuente, permite personalizar los tratamientos disponibles mejorando el pronóstico y reduciendo toxicidades. “Ahora seleccionamos mejor el tratamiento hormonal”, asegura Fernández.
Además, hoy en día se conocen varios genes implicados en el cáncer de mama familiar (BRCA 1 y 2), “lo que permite seleccionar a las mujeres con riesgo mayor de padecer esta enfermedad para aumentar las medidas preventivas y las pruebas para un diagnóstico más precoz”, indica el director médico del IOB Bilbao-Bizkaia.
Otros fármacos antitumorales
No sólo se conoce mejor la biología de la célula tumoral, sino también el medio ambiente en el que esta célula crece. Así, se han desarrollado fármacos cuyo mecanismo de acción se dirige a bloquear la producción de vasos sanguíneos que nutran al tumor (fármacos antiangiogénicos) de manera que las células tumorales mueren porque no pueden alimentarse. Dado que estos fármacos se dirigen contra dianas específicas, tienen también un perfil de toxicidad distinto, más favorable y mejor tolerado.
Otro de los avances recientes es la aparición de la nanotecnología aplicada a la ingeniería farmacológica. Según explica el experto, “se han desarrollado fármacos que han entrado en uso este mismo año en Europa, y que a partir de una molécula conocida y añadiendo nanopartículas a la misma, mejoran su perfil de eficacia y toxicidad. Este es un campo recién abierto que tiene enormes posibilidades”.
Asimismo, “nuevas familias de fármacos van apareciendo, con mecanismos de actuación diferentes que amplían el armamento terapéutico y fármacos conocidos se administran ahora por vía oral, facilitando su administración”.
Por último, los tratamientos de soporte, para mejorar las defensas, la anemia, reducir los vómitos, reforzar los huesos…también han experimentado un importante desarrollo en esta década “lo que facilita el manejo de la enfermedad”, concluye el doctor Fernández.
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