Científicos de la Universidad de Austin (Texas) han conseguido modificar genéticamente un virus inofensivo y asociarlo a una sustancia utilizada en la fabricación de semiconductores, lo que supone toda una proeza en la fabricación de materiales híbridos que asocian compuestos orgánicos e inorgánicos. En presencia de una solución química y de un campo magnético, las moléculas de este virus se asocian a la sustancia utilizada en la fabricación de semiconductores y se multiplican, dando lugar así a una sustancia cristalina de varios centímetros. La nueva sustancia es útil para integrar pantallas de cristales líquidos y otros componentes que se utilizan en microelectrónica, magnetismo e instrumentos ópticos. Debido a la importancia de este descubrimiento, el equipo de la Universidad de Austin se integrará en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), con la finalidad de proseguir sus investigaciones en este contexto. El descubrimiento desvela la pujanza de la nanotecnología
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