El uso del hidrógeno como fuente alternativa y masiva de energía está cada vez más cerca gracias a experimentos como el que dirige el CSIC, que ha conseguido almacenar ese elemento de forma estable en nanocuernos y liberarlo de forma controlada. Un equipo que dirige Javier Bermejo, del Centro de Física de Materiales (CSIC-Universidad del País Vasco) ha logrado un medio seguro y barato para almacenar hidrógeno y que pueda desarrollarse industrialmente.Su trabajo se centra en buscar materiales que permitan almacenar hasta 6 kilos de hidrógeno, que sirvan para hacer 500 kilómetros en un vehículo utilitario y que se puedan recargar en unos 3 minutos.Para desarrollar el experimento el equipo ha utilizado, por primera vez, nanocuernos de carbono en lugar de los tradicionales nanotubos, es decir, unas nanoestructuras de 0,1 micrómetros agrupadas formando una flor, con una gran superficie específica que permite absorber mucha cantidad de gas.El hidrógeno se une al nanocuerno con más cohesión que al nanotubo y puede ser liberado para su uso en condiciones controladas.Además, al contrario que con los nanotubos, la unión a la estructura carbonosa es estable a temperaturas significativamente más elevadas.La sustitución del petróleo por hidrógeno ayudaría a eliminar los gases de efecto invernadero, ya que el segundo sólo produce vapor de agua.
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