Angela Belcher se inclina para observar cómo una máquina presiona lentamente el émbolo de una jeringa e inyecta un billón de virus inocuos en un líquido claro. En lugar de expandirse en la disolución a medida que van saliendo de la jeringa, los virus de enlazan entre sí, formando un pequeña fibra blanca de varios centímetros de longitud y un grosor aproximado al de una hebra de nylon. Un estudiante de postgrado, Chung-Yi Chiang, la extrae con unas pinzas. A continuación, la sostiene ante una luz ultravioleta y la fibra empieza a desprender una luz roja.
Según este artículo publicado este mes en Technology Review, al producir esta innovadora fibra, los investigadores han demostrado un modo completamente nuevo de elaborar nanomateriales: utilizando virus como unidades de construcción microscópicas. Belcher, profesor de ciencias de los materiales e ingeniería biológica del MIT, afirma que este enfoque tiene dos ventajas. En primer lugar, en concentraciones elevadas los virus tienden a organizarse entre sí, alineándose uno junto a otro para formar un patrón ordenado. En segundo lugar, los virus se pueden modificar genéticamente para enlazarse a materiales inorgánicos, como los utilizados en los electrodos de las pilas, los transistores o las células solares, y organizarlos. Los virus programados se autorecubren con los materiales y, luego, se alinean con otros virus para formar estructuras cristalinas útiles en la elaboración de dispositivos de alto rendimiento.
Pero el enfoque no es solo un modo alternativo de fabricar dispositivos familiares; podría impulsar también el desarrollo de dispositivos completamente nuevos. En trabajos anteriores, Belcher ha creado finas láminas, basadas en virus, para baterías recargables. Ahora que puede hilar los virus en fibras, se imagina baterías y otros dispositivos electrónicos filiformes que se puedan tejer directamente en la ropa. "En realidad no es similar a nada que se haya hecho hasta ahora", señala. "Se trata de dar a las fibras unas funcionalidades totalmente nuevas".
Las fibras basadas en virus han captado la atención de los investigadores del ejército estadounidense, que esperan incorporar futuras versiones de estas fibras en los uniformes, tejiéndolas en la tela junto con otros materiales de apoyo. Los tejidos resultantes podrían ofrecer toda una serie de capacidades avanzadas. Por ejemplo, las ropas elaboradas con estos tejidos podrían detectar agentes de la guerra química y biológica; o almacenar energía del sol, con la que impulsar dispositivos electrónicos portátiles, como los de visión nocturna.
https://www.technologyreview.com/Nanotech/19503/
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