Miles de minúsculos sensores inalámbricos, conocidos como "polvo inteligente", se podrían utilizar, algún día, para explorar otros planetas, esparciéndose por el paisaje alterando sutilmente su forma. Al menos esa es la visión exótica expuesta en las simulaciones informáticas.
Varios grupos diferentes de investigación están desarrollando unos diminutos dispositivos de polvo inteligente, con un volumen de unos cuantos milímetros cúbicos, que pueden realizar sencillas tareas de detección y enviar mensajes a otros dispositivos similares a distancias inferiores a un metro. En conjunto, se pueden desperdigar por un área o un edificio y utilizarlos para detectar vibraciones o sustancias químicas y transmitir mensajes de uno a otro hasta llegar a una central de control.
John Barker, investigador en electrónica de la Universidad de Glasgow, en el Reino Unido, decidió investigar si una nube de “motas” de un polvo inteligente similar podía navegar de un punto a otro por la superficie de Marte, simplemente modificando su forma.
En su experimento, se liberaron 30.000 motas sobre una superficie simulada de Marte. Durante la simulación, cada dispositivo pudo detectar su posición y cambiar entre dos formas: lisa o rugosa. Mientras que el viento de Marte transportaba fácilmente las motas lisas, las rugosas experimentaban una resistencia que las hacía caer de vuelta a la superficie.
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