Hechos de carbono y ayudarían en el estudio del crecimiento de células, así como ingeniería de los tejidos.
Ingenieros de la Universidad de Michigan desarrollan el cultivo de nanotubos de carbono de formas tridimensionales, como espirales, anillos dentro de anillos y pétalos curveados, que podrían usarse para el estudio del crecimiento de las células y la ingeniería de tejidos.
De acuerdo con los adelantos de la investigación en curso, que se publican en la revistaAdvanced Materials, esas formas nanoestructuradas, difíciles de construir con técnicas convencionales, podrían resultar en materiales nuevos que controlen la condensación o repelan el polvo.
"Ya se hacen nanotubos de carbono rectos y verticales como edificios, pero hasta ahora no había sido posible hacer algunas de estas estructuras curvadas", informó el responsable de la investigación, John Hart, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica y de la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Michigan.
Esta investigación está siendo financiada por el Colegio de Ingeniería y el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Michigan, así como el Fondo para Investigación Científica de Flandes, Bélgica, y la Fundación Nacional de Ciencias.
El método de Hart comienza con el estampado de patrones en una oblea de silicio, utilizando como tinta un catalizador de hierro que facilita el crecimiento vertical de los nanotubos de carbono en las formas de los patrones prescritos.
Pero en lugar de una red tradicional de círculos uniformes se estampan círculos huecos, semicírculos y círculos con otros más pequeños cortados en sus centros.
Las formas se acomodan en orientaciones y agrupamientos diferentes y se usa el proceso de "deposición por vapor químico" para el cultivo.
Después se suspende la oblea de silicio con su bosquecillo de nanotubos, encima de un vaso de precipitado con un solvente en ebullición, como la acetona, dejando que éste se condense en los filamentos, se presenten fuerzas de acción capilar, forma en que se puede desafiar la gravedad, y conviertan estos filamentos en las estructuras curvas.
"Con estos patrones bidimensionales programamos la formación de figuras tridimensionales libres, todas de menos de un milímetro cúbico. La forma de partida influye en la manera que las fuerzas capitales cambian la geometría de las estructuras, unas se doblan, otras se retuercen, y podemos combinarlas", dijo Hart.
La tecnología está permitiendo a los investigadores hacer formas diferentes al mismo tiempo, "quisiéramos creer que esto se encamina a la creación de superficies nanoestructuradas y materiales hechos de acuerdo con especificaciones particulares que tengan geometrías y propiedades variadas'.
La Universidad de Michigan inició ya el trámite de protección de patente sobre la propiedad intelectual y busca socios para la comercialización que contribuya a llevar esta tecnología al mercado.
http://www.eluniversal.com.mx/articulos_h/61163.html
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