miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nanocápsulas para tratar cáncer

Nanocápsulas de oro podrían reducir los tumores de mama mediante calor localizado, según sugiere un estudio del Baylor College of Medicine, de Houston, Estados Unidos, publicado en la revista Science Translational Medicine. Los autores muestran en su trabajo que las nanopartículas de oro inyectadas en los tumores de mama convierten a las células cancerígenas en más sensibles al tratamiento de radiación.

En la actualidad, se desarrollan ensayos clínicos con tecnología de nanocápsulas que podrían proporcionar a las pacientes con cánceres de mama agresivos de un arma extra para fomentar la eliminación de las células tumorales. Uno de los principales problemas en la lucha contra el cáncer de mama es una pequeña población de células madre en los tumores que resisten a la radiación y a la quimioterapia, unas células que suelen producir la recurrencia de la enfermedad tras el tratamiento.

Los científicos han diseñado nuevas técnicas para ayudar a la radiación y a otras terapias tradicionales, incluyendo la hipertermia, en las que el tejido del organismo se expone a altas temperaturas superiores a los 45 ºC. Investigaciones previas han mostrado que las altas temperaturas pueden dañar y eliminar las células cancerígenas y hacer más sensibles a la radiación a las células madre del cáncer con efectos secundarios mínimos para los tejidos sanos. Sin embargo, en los pasados años se ha abandonado en gran medida la hipertermia debido a la dificultad de desarrollar herramientas para calentar los tumores de forma rápida y local.

Oro para activar el calor

Los científicos, dirigidos por Rachel Atkinson, han diseñado nanopartículas de oro para activar el calor en las células madre y hacerlas más sensibles a la terapia de radiación. Los autores del trabajo muestran que la hipertermia administrada con nanopartículas de oro inhibe las células madre del cáncer en modelos de ratón del cáncer de mama.

El oro es un envoltorio ideal para las nanocápsulas, pequeños pedacitos de silicio redondeados, debido a su menor toxicidad para los tejidos biológicos en comparación con otros materiales. En el experimento los ratones recibieron una única inyección de nanocápsulas de oro directamente en los tumores. Las nanocápsulas atravesaron los vasos sanguíneos y terminaron en los tumores, donde produjeron calor local cuando se activaron por un láser.

Estas nanocápsulas inductoras de calor evitaron que las células tumorales repararan los daños en el ADN producidos por la radiación y aumentaron así su sensibilidad a la terapia. Un día después del tratamiento, los ratones que sólo habían recibido radiación tenían células cancerígenas que se multiplicaban más rápido y formaban tumores más agresivos que los ratones que no recibieron tratamiento. Por otro lado, los ratones que recibieron hipertermia con radiación tenían una tasa menor de células cancerígenas en proliferación y se les formaron menos tumores, lo que sugiere que la hipertermia bloqueó el crecimiento de las células madre del cáncer y que podría haber cambiado sus propiedades agresivas.

Después, los investigadores dieron un paso más y repitieron estos experimentos con muestras de tumores de mama humanos propagados en ratones. Una vez más, los autores observaron que el calentamiento inducido por las nanocápsulas convirtió a las células madre del tumor de mama humano en mucho más sensibles a la radiación.


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