Hace nueve años, los científicos del Intituto de Neurología Cedars-Sinai Maxine, detectaron un cambio sutíl que ocurre en la composición molecular de el tipo más agresivo de tumores del cerebro, el glioblastoma multiforme. Con más estudio, encontraron que una proteína específica denominada laminina-411 juega un papel importante en la capacidad del tumor para crear nuevos vasos sanguíneos para apoyar su crecimiento y propagación. Pero la tecnología para bloquear esta proteína no existía entonces.
Ahora, empleando las nuevas tecnologías con las drogas de ingeniería que es parte de una ciencia avanzada llamada nanomedicina, el equipo de investigación ha creado un "nanobioconjugante" droga que se puede administrar mediante inyección por vía intravenosa y llega en la sangre al tumor cerebral. Éste se dirige específicamente a penetrar la pared celular del tumor, entrando en los endosomas, compartimientos móviles dentro de las células. Mientras los endosomas maduran, crecen ácidos, y un componente químico de la droga se desencadena en este punto, rompiendo las membranas de los endosomas.
Los medicamentos ya liberados bloquean la producción de la célula tumoral de la laminina-411, la proteína "maligna" de los vasos del tumor nuevo. Por su propia naturaleza, el fármaco no es tóxico para las células no tumorales; los efectos secundarios asociados con la quimioterapia convencional no son un problema con este tipo de medicamentos.
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