Las arterias afectadas por la arterosclerosis padecen de recubrimientos adiposos internos que obstruyen el paso de la sangre aumentando el riesgo sanguíneo y de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Según las investigaciones de un grupo de científicos pertenecientes a diversos centros, entre los que se encuentran las universidades de Missouri y Washington, el uso de nanopartículas permite elevar la eficacia de aplicación del fármaco llamado Fumagillin, utilizado para deshacer las placas causantes de la aterosclerosis. De este modo, mediante el empleo de nanopartículas se ha conseguido dirigir este fármaco a una localización exacta del sistema sanguíneo. Al adherir nanopartículas paramagnéticas al fármaco original, así como a los nuevos vasos sanguíneos que se desarrollan en las placas de ateroma, se consigue que las nanopartículas se concentren en el lugar deseado. Estas pequeñas partículas pueden visualizarse mediante resonancia magnética lo que permite identificar si las nanopartículas actuaron selectivamente en la zona deseada, así como realizar un seguimiento de la evolución del tratamiento. Al concentrar el fármaco en la región dañada, se consigue reducir la dosis del medicamento empleado hasta un valor 50000 veces menor.
En dosis elevadas, el Fumagillin puede presentar serios efectos secundarios neurocognitivos, así como dañar el cerebro. Por lo tanto, mediante el uso de nanopartículas se ha conseguido reducir la dosis empleada, así como mejorar la eficacia de este fármaco. Este estudio podría ampliarse a otros fármacos que no han sido aprobados por requerir elevadas dosis que conllevan la aparición de importantes efectos secundarios.
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